¿Qué es la Unión Femenil Misionera de Texas?
La Unión Femenil Misionera de Texas es el ministerio femenil de la Convención Bautista Hispana de Texas.
La UFM de Texas nació el 26 de Junio de 1917 en San Marcos, Texas. Formada por mujeres de iglesias de San Antonio, Laredo, Austin, Bastrop y Waco.
En sus primeros tiempos la Unión Femenil Misionera fue conocida como Auxiliar a la Convención Bautista Mexicana en el año 1943.
En 1962 en Dallas se tomó la resolución de seguir apoyando el programa de unificación; esto quiere decir que la UFM estaría bajo la responsabilidad de Texas Woman's Missionary Union y que sería parte del “Language Mission Department”.
Actualmente, la UFM de Texas es independiente a WMU, sin embargo continuamos bajo sus alas, haciendo la obra misionera, orando, ofrendando, educando en las misiones y enseñando a las nuevas generaciones para que continúen la obra que un día comenzaron las mujeres bautistas de Texas.
Visión de la UFM
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Alcanzar a las mujeres de Texas
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Desarrollar un espíritu y estilo de vida misionero
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Equipar y entrenar a las cristianas de Texas
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Ministrar a la mujer texana en sus necesidades morales y espirituales
Misión de la UFM
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Orar por las misiones
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Participar en la acción, la misión y el testimonio
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Aprender acerca de las misiones
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Desarrollar espiritualmente hacia un estilo de vida misionero
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Participar en la labor de la Iglesia y la Convencion Bautista Hispana de Texas
Esta organización existe para ofrecer apoyo y asistencia en el desarrollo de líderes y el descubrimiento de recursos que permitan a los miembros de las congregaciones bautistas en texas a:
El Corazón de la UFM
Históricamente se ha aceptado el corazón como el centro del cual viene la vida del cuerpo. Representa el centro del amor que es parte de nuestras vidas. Si el corazón no funciona, no funciona el cuerpo.
El corazón de la UFM reside en seis tareas mediante las cuales la UFM hace su obra. Son tareas bien enseñadas por el apóstol Pablo en el Nuevo Testamento. Son acciones necesarias para apoyar a los misioneros y su obra y cumplir con el llamado de Dios en nuestras vidas.
Orar por la obra misionera. La oración eficaz logra mucho (Santiago 5:16) en la obra misionera. Nos conecta al poder de Dios, y se necesita para cumplir muchos planes. Pablo desafiaba a las iglesias a orar por él y por los demás misioneros que testificaban e iniciaban iglesias, tanto como oraban por sus miembros los unos por los otros.
Apoyar la obra misionera. Pablo recordaba a las iglesias a ofrendar especialmente para apoyar la obra de él y otros misioneros. Pablo dependía de la generosidad de los miembros de las iglesias primitivas. Sin el apoyo financiero y el hospedaje, habría sido casi imposible que Pablo y los otros hicieran lo que hacían. Hoy es igual. Si no ofrendamos para apoyar a los misioneros, no será posible que los misioneros cumplan con su obra.
Aprender acerca la obra misionera. Pablo escribió a las iglesias para informarles de lo que pasaba en la obra. Si sabemos lo que está pasando en la obra misionera por todas partes del mundo, podemos orar más eficazmente por los misioneros. También necesitamos adquirir la perspectiva de Dios hacia el mundo si vamos a crecer como cristianos.
Hacer la obra misionera y testificar. Pablo animaba a las iglesias a demostrar el amor de Cristo por sus acciones y sus palabras. Cuando todos nosotros participamos en la obra misionera y testificamos del amor de Cristo, cumplimos la comisión que Dios nos dio a los creyentes (Mateo 28:18-20)
Desarrollarse espiritualmente hacia un estilo de vida misionero. El crecimiento espiritual era una de las preocupaciones de Pablo por la iglesia primitiva. Si no crecemos espiritualmente, no podemos enteder bien lo que Dios quiere de nosotros y perderemos las bendiciones que resultan de servirle. Pablo comprendió que desarrollarse espiritualmente resulta en vivir una vida misionera donde quiera que estemos.
Participar en la obra de la iglesia y de la denominación. Las cartas de Pablo indican la importancia de participar en la iglesia local. Él sabía que participar en la obra de la iglesia nos da la oportunidad de apoyarnos y animarnos unos a otros. Juntos podemos cumplir mucho para el reino de Dios. Aunque no hubo denominaciones en aquellos días, el principio sigue igual hoy pero en una escala más grande.
Todo lo que hace la UFM debe basarse en por lo menos una de estas seis tareas. ¡Son el corazón de la UFM!